sábado, 29 de octubre de 2011

Agosto


Lunes 1 de Agosto





Esta ha sido sin duda la peor clase que hemos tenido. En mi experiencia como facilitador de lengua extranjera me he dado cuenta que luego de 4 o 5 clases comienza un período de estancamiento. Lo novedoso empieza a volverse tedioso y la motivación deviene frustración. Pasa que los resultados del aprender idiomas es algo poco tangible e indemostrable hasta ya bastante camino recorrido.. Recuerdo que antes de lanzarme a hablar en hebreo con la gente, me pasaba que me daba vergüenza o no sentía la confianza necesaria para comunicarme. A pesar de que ya acumulaba un vocabulario aceptable y una pronunciación de niño de 2 años, que era bastante, uno no se atreve a hablar. El proceso demora su buen tiempo en aflorar. Y luego de un día para otro te lanzas a parlotear y luego hasta ya piensas en la lengua que te rodea. Sin embargo el caso aquí es diferente, pues estoy enseñando una segunda lengua a un grupo de niños que no tienen muchas posibilidades de ocuparla, sobre todo en el caso de Adam, para quien la adquisición del castellano es una suerte de inversión invisible a futuro.

Que nos pasó? Adam llego a la clase hiper ventilado, luego cuando empezamos se dio cuenta que estaba atrasado en relación al resto de sus compañeros y su sentido competitivo le jugó en contra y se achacó. Luego empezó a molestar y simplemente dejo de participar porque estaba cansado. Yo le dije que si estaba cansado no tenía porque venir y me dijo que no que su mamá lo obligaba a venir igual. Yo le dije que no que mejor se quedara descansando en la casa porque cansado no podía aprender.

Mientras volvimos a jugar al memorice de las frutas y agregamos más frutas. A las niñas les pasé temperas y unas tablas de madera para pintar. Le pedí que utilizaran la forma del triangulo, cuadrado, circulo y planta (tallo hoja) y los colores primarios y que podían formar nuevos colores.

Con Sol dibujamos el mapa de Sur América y los países pero aún no se que podemos trabajar con el mapa aparte de los nombres de los países y colores.

Al final de la clase les pasé unos cubos a los niños para que jugaran y con eso terminamos.

En lo personal me siento inconforme con esta clase ya que no tuve la suficiente intuición para percibir el estado de Adam. Quizá en vez de confrontarlo debí haberlo mimado un poco y invitarlo a descansar antes de que colapsara su humor. No sé, es difícil. Uno puede planear la clase, prepararse bien, pero lo que ocurrirá durante la clase es impredecible. A modo de autocrítica debo admitir que la clase no estuvo bien preparada porque no ofrecí nada novedoso y me dejé caer en la rutina y la comodidad, aunque si bien la rutina es necesaria y la repetición de los conceptos aprendidos es importante, pude haber diseñado una estrategia de emergencia para cuando los planes no funcionen como uno espera. Pero la conclusión es que en educación cuando a alguien lo fuerzan a hacer algo que no quiere hará lo imposible para sabotear dicho hacer, negándose a colaborar y obstaculizando el proceso de los demás estudiantes.

Jueves 4 de Agosto y Lunes 8 de Agosto

Adam no ha venido en las últimas clases y no creo que siga viniendo. Me da lata pero es mejor para él. Su familia lo sobre estimula. Tiene actividades todos los días de la semana, ingles, Castellano, Surf, paseos, taller de arte, entre otras. Es muy competitivo y cuando “pierde” no puede tolerar la frustración y se pone violento, sobre todo con Sol que es su amigo más cercano. Espero que Adam pueda descansar y canalizar sus energías hacia tranquilizar su espíritu.

Pero bien:
Hemos comenzado a trabajar en un proyecto de libro con los niños. Estamos creando un libro en base al cuento “La oruga muy hambrienta” de Eric Carles. La idea es que los niños a través de la creación de su propio libro se motiven a leer y aprenderse el cuento.
Lo primero que hicimos fue buscar una versión del cuento en castellano en video en la web: http://www.youtube.com/watch?v=WcEGU3WM3Q4



Luego transcribimos el texto y lo separamos “página por página”

Luego lo vimos juntos y Mia dijo que conocía el cuento en Hebreo. Luego les pedí que trataran de poner atención en las palabras que ya conocían, cuantas palabra conocían, etc.

Les conté que este cuento era útil para nuestro taller ya que mencionaba frutas, colores, números, comidas, días de la semana, entre otros conceptos.

En seguida les pasé una hoja en blanco y les pedí que eligieran una página del libro y dibujar su propia versión de esta.

Y eso hemos estado en las últimas dos sesiones. Aunque Sol reclama que el cuento es para chicos y se aburre un poco. Pero siempre hay alguien que reclama y está bien, pues ayuda al profe a visualizar las formas de mejorar la gestión de las clases. Le pedí a Sol que nos trajera un cuento de su gusto para desarrollar.

1 comentario:

  1. Juan, podrías incluir los animales con la creación de máscaras o disfraces, para ello utilizar artículos de reciclaje (ropa vieja, cajas de huevos, tarros de leche, etc.) y luego hacer una fiesta y que ellos representen el papel del animal que eligieron para actuar. Cariños!

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