jueves, 21 de diciembre de 2017

Con Semillas


  Una de las actividades que más me gusta hacer en el campo, en la huerta y en el macetero, es cosechar y conservar semillas. Disfruto mucho de ver y vivenciar los ciclos de las hortalizas de principio a fin, de semilla a semilla.

  Antiguamente, y no hace tanto tiempo, las personas dedicadas al cultivo de los campos tenían la costumbre de guardar sus semillas para la próxima temporada. Para ello podían seleccionar algunas plantas por sus cualidades, dejarlas florecer y semillar, para luego cosechar sus semillas.

  Esta práctica se ha visto profundamente afectada, debido al progreso y las grandes compañías fabricantes de semillas. Este proceso ha durado muchos años y se ha desarrollado por todo el planeta. El plan de estas súper compañías y sus empleados ha sido el de introducir semillas genéticamente modificadas para luego poder cobrar por su uso.

  Estás grandes multinacionales comenzaron apropiándose de las semillas de las y los campesinos, para luego modificarlas genéticamente, patentarlas y controlar la producción de los futuros cultivos forzando la adopción de estas semillas modificadas, ya que al estar patentadas los y las campesinas deben pagar por utilizarlas, incluso viniendo de sus propios cultivos. Y como si fuera poco, estás multinacionales controlan la industria de los pesticidas, por lo que los y las campesinas están doblemente acorralados.

  Así que como a nosotris nos gusta mucho rescatar saberes y practicas de otros tiempos, pues nos parece sumamente interesante ofrecerles a los y las niñas pequeños la posibilidad de vivenciar directamente esta experiencia.

  A continuación una secuencia de fotos donde hemos cosechado una planta de rúcula (https://es.wikipedia.org/wiki/Diplotaxis_tenuifolia), recolectado y almacenado sus semillas.

Que disfruten!!!














 
CopyLeft 2010 Ultra Salvaje Diario de un jardinero