viernes, 6 de noviembre de 2015
Olivas en Palestina
Hoy hemos participado de un encuentro hermoso. Nos hemos ofrecido
para ayudar a una familia Palestina musulmana a ordeñar sus olivos. Un
encuentro organizado y facilitado por israelíes antisionistas, que
intentan apoyar directa y específicamente a un pueblo en especial
llamado Deir Istiya ubicado al costado de la ruta, entremedio de varios
asentamientos sionistas. Hemos asistido sobre todo para que nuestros
hijos conozcan la realidad del otro lado del muro de la vergüenza, para
que vivencien directamente lo que significa echar una mano a un otro
que vive en dificultades. Para que nadie les venga con cuentos fascistas
y racistas sobre los “terroristas palestinos”.
Hoy hemos vuelto a casa agotados y colmados por un sentimiento de
gratitud. Hemos sido capaces de abrirnos a otra cultura y cosechado el
agradecimiento y el amor espontáneo que regala el hacer las cosas
juntos. Nos hemos conectado con nuestras raíces, ensuciado con tierra
santa, trepado a olivos de más de 200 años, comido en el suelo humus con
puré de habas, crema de leche ácida, aceite de oliva, olivas,
embutidos, tomates, pepinos verdes y pitas amasadas en casa, hemos
bebido agua, café con cardamomo cocido en una fogata y coca-cola en
árabe a temperatura ambiente, nos hemos reido, abrazado, escuchado,
jugado y sacado algunas fotos entre otras cosas que hemos disfrutado
hoy.
Creo de todo corazón que el entendimiento y la coexistencia vendrá de la mano del respeto por nuestro prójimo, de nuestra capacidad de ponernos en sus zapatos y de la disposición a relacionarnos de manera amorosa entre semejantes, sin dejarnos influir por el odio y la rabia que nos quieren inculcar. Doy gracias a mis antepasados palestinos por la posibilidad de brindarle a mis hijos israelíes esta vivencia.
24-10-2015, Tel Aviv
Creo de todo corazón que el entendimiento y la coexistencia vendrá de la mano del respeto por nuestro prójimo, de nuestra capacidad de ponernos en sus zapatos y de la disposición a relacionarnos de manera amorosa entre semejantes, sin dejarnos influir por el odio y la rabia que nos quieren inculcar. Doy gracias a mis antepasados palestinos por la posibilidad de brindarle a mis hijos israelíes esta vivencia.
24-10-2015, Tel Aviv
Abril 2013
Cosechando hojitas para nuestra ensalada de hojas verdes, desde nuestra huerta Matanga
Niños y niñas de edades distintas conviviendo como en cualquier tribu, con curiosidad, respeto y delicadeza
Trenzando la trenza para hornearla y comérnosla.
Aprendiendo imitando
Saludos y cariños desde el Jardín Kukuriku!!
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