viernes, 9 de julio de 2010

Viernes, 10 de Julio

             


              El día recién comienza, es media noche. Ha sido una semana muy linda. El lunes fui al jardín comunitario de Maoz Aviv con al Ana Maya y el Emilio. Llegamos como a las seis de la tarde. Keren me presenta a Homer o Tomer quien me muestra el lugar. Lo recorremos conversando sobre Chile y su situación político social. Nos encontramos con Naama y su madre. Y también la madre de Danel se acerca para saludarme y recordarme que hace unos años dejábamos a nuestros hijos con Mariane, la machi de la sala cuna.
             
              Luego Keren me dejó en las manos de Alone, un hombrecillo muy especial, las mejores manos del jardín. De entrada me enseñó la cama de las frutillas, me dijo que les faltaba un poco de compost al suelo y  me indicó de donde sacarlo, fuimos con Emilio ( amarrados) por el compost y se lo echamos a las frutillas, luego Alone me sorprendió muchísimo, me mostró unas cáscaras de huevo cortadas a la mitad con una ranurita a un costado -son para evitar que los pájaros se coman las frutillas, se las colocamos como una casco. La gracia es que la cáscara del huevo permite el paso del sol necesario para que maduren y nos las cuida de los pájarillos.- Increíble ¡no!. Luego Emilio se puso a llorar y tuvimos que volver a casa para que mamara un ratito. El próxímo lunes volveremos para ver que tal andan las frutillas.

              En el Jardín de Jai cada vez me siento más cómodo.

Jueves 16 de Julio

              Pasan los días como los días pasan. No hay misterio en esto, sin embargo es fascinante el fluir de la vida. Al igual que nuestra huerta, nuestro pequeño Emilio crece. Está sentado a mi lado, en el piso, en su sillita “trampolina” como la llaman acá, esas que vibran pero esta sólo vibra con sus movimientos. Me mira a los ojos, me le  acerco, le tiendo mis manos y le ayudo a coger mis pulgares, trata de levantarse, sus piernecitas no dejan de moverse, quiere salir corriendo, busca su autonomía. Y me pregunto, con cierta implícita certeza, ¿en qué momento de la historia dejamos de nacer autónomos, en qué momento de la historia perdimos nuestra cola?

              Hoy muy temprano me ha llamado la mamá de Ron para contarme que no se siente bien y que no irá al jardín hoy, lo cual significa que no tengo que trabajar... jeje. Sin embargo, desde que Morán comenzó a trabajar con Ron en reemplazo de Maya y Roxana, se me ha hecho más fácil aprender a tratarlo, es decir, a relacionarme con él desde nuestra circunstancia. Moran me ha pedido que le ayude a Ron a tomar decisiones, a jugar con un propósito determinado, a establecer contacto con los ojos usando un lenguaje manual: apuntando a situaciones u objetos, a darle sentido a sus silencios, a dejarle su propio espacio, a ayudarlo a relacionarse con los otros niños del jardín a través del juego interviniendo de la siguiente manera: proponer un juego y retirarme de este al momento en que los niños comiencen a interactuar, luego, cuando el juego decaiga, volver a intervenir para avivar  el juego o proponer uno nuevo. Y en eso estamos, dos días a la semana juego con Ron y los otros niños. Cuando termina el día en el jardín me lo traigo a casa a buscar las llaves del auto para luego ir a dejarlo a su casa. A veces se cruza con la Ana Maya y se alegra mucho, también la hemos ido a buscar al jardín y a dejarlo a su casa juntos después, con la Avital y el Emilio.

              El lunes fuimos otra vez al Jardín comunitario con la Ana Maya y el Emilio. La Ana Maya se puso a jugar de inmediato con dos niños que se encontró ahí. Hicieron una fogata de tierra y viajaron a Australia. Nosotros con Emilio nos sentamos debajo de un árbol a tomar sombra y masajearnos, hasta que se quedó dormido y me puse a mirar las frutillas y otras partes del huerto comunitario.
             
              Keren no llegó. Alone sí. También otra señora muy simpática (Danit) , la mamá del Danel y otras personas que aún no conozco. Alone trajo más cascaras de huevos para ponerle a las frutillas. Vi como cosechaba algunas yerbas y  unos ajíes, también vimos con la señora simpática los gusanos del humus. Alone regalo dos berenjenas negras y dos blancas. Le pregunté si podía sacarle las semillas y plantarlas. Me explicó que hay personas que han desarrollado, que se han hecho expertas en las semillas para garantizar una buena cosecha. Le conté que me conseguí semillas en la tienda de especias y que las planté no más, y que están creciendo: choclo, poroto de soja, maravilla y cilandro. Aunque el cilantro, como le decimos nosotros,  no ha germinado.

Domingo 26 de Julio

              El jardín es multicolor como un arcoíris:  orgasmo entre la lluvia y el sol. Y hay veces  en que la lluvia es tormentosa, y azota al jardín con su furia.
 
CopyLeft 2010 Ultra Salvaje Diario de un jardinero