viernes, 8 de enero de 2010

Domingo, 14/6/09









Llegué al Jardín y Jai no estaba. En su lugar estaba Ilanit, que es la segunda manda más del Jardín. Me pidió que montara la sala de juegos y pero que antes me tomara una café. Rechacé el café y me fui a parar la carpa y poner los juguetes al alcance de lo niños que comenzaban a llegar. Raavit se sentó a amasar pan con los chicos y Daniela me ayudó con el montaje de la sala. Luego vino Ilanit y me felicitó. Jugamos un rato, Raavit y los niños amasaron pan suficiente y comenzamos a desmontar (ordenar) los juegos y el barco y el mar. Los niños y niñas tienen una gran disposición y siempre ayudan, no todos pero varios de ellas. Todo ocurre simultáneamente, se monta el desayuno, los niños traen platos de la cocina con verduras y frutas y el pan amasado minutos antes. Mientras otros se lavan las manos, otros terminan de ordenar. Los que ya estamos listos nos dirigimos a la sala alfombrada y nos sentamos en círculos, cuando ya estamos todo comenzamos a cantar la canción del buenos días. Todos los días el ritual es el mismo. Comemos, nos lavamos las manos, salimos a jugar al patio. Unos nos quedamos adentro limpiando y ordenando, otros salen al patio. Así vamos rotando. Jugamos en un patio de arena, hacemos queques, sopas, ensaladas, conciertos, viajes en barco a supermercados muy lejanos. Los niños proponen los juegos y yo los voy derivando, les sigo la cuerda y los invito a llegar más lejos en el juego de la imaginación desbordada. Los niños más grandes se pelean mucho los juguetes, luego gozan pisando las ensaladas y queques hechos por los más chicos, patean los potes y les quitan las cucharas de palo.


Ofec y Daniel son los más grandes del Jardín, se aman y se odian. Tienen una relación intensa. Se pelean por lo que tiene el otro y se acuestan a descansar muy románticamente. Daniel tendido sobre una colchoneta, Ofec lo abraza, cara cara, como si quisiese besarlo, mientras posa una mano sombre el vientre de Dum dum como queriendo incursionar en su entrepierna. Nadie les dice nada. Los más chiquitos son Jonatan y Noah, que también tienen una relación amorosa intensa. Jonatan participa y se integra siempre que Noah le toma de la mano y lo lleva a jugar. Yali y Aya también andan para arriba y para abajo juntos, cuando Yali así lo quiere.


Hoy terminé mi período de prueba. Ilanit me pidió que vuelva mañana.








Lunes, 15/6/09





Creo que ya me sé los nombres de todo los niños. Me ha tocado sentarme en dos diferentes mesas así que puedo asociar perfectamente sus caras con sus nombres y el lugar en que se sientan. En la mesa de Jai (hoy tampoco estuvo) nos sentamos Ron, Assaf, Omri, Roxana (se dedica al cuidado de Ron porque dicen que tiene un leve grado de autismo) Yuda, Iotam, Daniel, Keren, Ofec y Jai.
En la mesa de Ilanit se sientan Ili, Shoam, Ema, Ester, Jonatan, Noah, Jazmin, Iuval, Yali e Ilanit. En la mesa de Raavit se sientan, Noah, Rany, Ofir, Michael, Aya. Creo que estos son todo los niños, aunque quizás se me olviden un par de nombres.
Hoy me tocó sentarme a la mesa para pintar con acuarelas. Raavit me explicó cómo preparar el material: cortar la punta de las hojas (lo cual me pareció exagerado), meter la hoja en un pote con agua, poner la hoja mojada sobre una tabla para pintar de melamina, pasarle un pincel a los niños, y pedirles que cada vez que quisieran cambiar de color debían lavar el pincel y luego coger el nuevo color. Luego, una vez terminada la pintura, ponerle nombre y colocar la tabla con la hoja en el carrito (el carrito es un caja rectangular de madera dispuesta verticalmente, con ruedas. Las tablas van colocadas como bandejas (similar a los carros de comida de los aviones o a un horno). Varios niños se acercaron a pintar. Esa mañana también apareció otra chica, se sentó con material para bordar. Ninguna niño se le acercó. Creo que también estaba a prueba.


Luego vino el ritual del desayuno, luego jugamos en el patio, luego el ritual del cuento- después del juego libre en el patio entramos, nos lavamos las manos, no sentamos en círculo en la sala alfombrada, escuchamos un cuento y luego somos invitados a almorzar- luego el almuerzo, luego patio, luego preparar los colchones de siesta para quienes se quedan por la tarde, ya están llegando algunas madres y padres a recoger a sus peques. La madre de Ester me pregunta que quién soy y que qué hago aquí o si es que voy a trabajar en el jardín, le digo qué si (esta conversación fue en hebreo, por lo que no puedo asegurar que lo que me preguntará es lo que he dicho que me ha preguntado). Más tarde, Ilanit me comentó que los padres empezaron a meter bulla y preguntar que quien era yo, que de dónde era, que qué onda conmigo. Me dijo que si me volvían a preguntar les dijera que estaba en un período de prueba.


He tratado de encontrar información sobre el método Waldorf en internet, no hay mucho material. Sin embargo di con un sitio llamado Waldorf Watch, que es la página de un tipo que vivió gran parte de su vida envuelto en el ambiente Waldorf y se muestra como un detractor del sistema, entre otras, debido al misticismo implícito en la filosofía Waldorf y la creencia en vidas pasadas y futuras. Explica por ahí que la idea de Steiner es fomentar la evolución del alma-espíritu de las personas para que avancen hacia la gran alma cósmica, creo, o algo así.
Si bien la Antroposofía me parece una importante fuente de saber, me incomoda el espíritu sectario y New age que posee, me perturban los espíritus que creen ser libres y andan por ahí mendigando la aceptación del gurú de turno,o imponiendo su visión del mundo a otras y otros como si fuera el mejor camino a seguir. Me da la impresión de que una carencia enorme rige la voluntad de las personas que buscan en estás religiones alternativas la salida o apertura, nuevamente, a la salvación.
Esa carencia, sin embargo, es el material a modelar en las nuevas generaciones, de ahí parte de mi interés en jugar con los niños y buscar en ellos, en sus corazones, los posibles planes de fuga aún no enunciados.




Viernes, 16/6/09





Jai me pidió que nos encontráramos en el jardín para finiquitar el contrato de trabajo. Básicamente me informo que el paga a sus trabajadores los mejores sueldos del mercado pues entiende que el trabajo es pesado y desea que la gente venga contenta a trabajar. Disque el sueldo que recibiré equivale al de una persona con al menos cinco años de experiencia trabajando el doble de las horas que me han asignado.
Como si fuera poco, me informó que desea que me encargue de Ron, un niño diagnosticado con PDD (cierto grado de autismo). Debo brindarle especial atención y preocuparme de desarrollar sus habilidades sociales y no dejarlo divagar mucho, me ha dicho la madre.
A mi Juicio, Ron es un niño normal salvo que un poco volao (distraído, ensimismado a ratos). Lo veré y comentaré mis apreciaciones para luego ir creándome una imagen de Ron que nos permita ayudarlo a desarrollarse normalmente en la sociedad -si es que esto significa algo.

lunes, 4 de enero de 2010

Miércoles, 10/6/09

Estoy en el jardín regando las plantas y veo pasar nuevamente a Hai con los peques y las chicas. Me decido y parto detrás con el bebe atado (esta vez es Emilio). Llego al patio de juegos y están ya todos jugando, Hai está en el carrusel, se prepara para partir a la luna con unos 10 niños y niñas, llama a Houston solicitando permiso para despegar, yo los miro sin acercarme. Han pasado más de 13 minutos y me mira y me habla y me felicita por mi bebe, me le acerco a mostrárselo y le digo: sabe, soy profesor y me preguntaba si podría trabajar contigo. Me mira sorprendido y me dice que justamente anda buscando a un varón que le ayude y que hoy tiene 3 entrevistas de trabajo más, así que serás el 4to. Le digo que mi hebreo no es de lo mejor y que tengo un título de educador, me responde que lo que el necesita es mi alma. Pactamos la cita en el café de Hadar Yosef (para tres horas más). Voy a la cita y conversamos, me pidió que le contará de mí. Me presenté, le dije quién era y qué hacía, le conté que tengo un hermano con parálisis cerebral que me había regalado el don de comunicarme con las personas sin hablar, de entender a los niños y de saber interpretar sus deseos. Le dije que se me daba mucho jugar con niños. Que siempre había química con ellos. Le conté que mi motivación de trabajar con niños tan pequeños era la posibilidad de estar con seres humanos libres de la contaminación socio cultural, que eso me ayudaba a mi a limpiarme y trabajar en pos de una sociedad mejor. Me dijo que era muy lindo oír lo que le decía. Y que ya estaba, que fuera mañana al jardín a probarme. Me pidió un CV y se lo mande por email en la tarde.









Jueves, 11/6/09

Me levanté y me fui sin desayunar al Jardín. Me recibió Daniela. Ella habla español. Me ofreció un café y nos presentamos mutuamente mientras pelaba y molía paltas para el desayuno. Le puso muy poca sal y no le puso limón. Cuando llegué al Jardín de Jai (Hai) ya había llegado Mijael, uno de los niños más pequeños. Luego comenzaron a llegar los demás niños con sus padres. Mientras vi cómo Hai armaba un “barco pirata” dando vuelta una mesa y amarrando una escobillón a una de las patas a modo de mástil. Daniela se sentó en una mesa a modelar con “plasticina” (no es realmente plastilina, creo que es una cera que mana de las abejas o algo así). Algunos niños se le unieron y otros se pusieron a jugar en la sala contigua. Otra mesa fue dada vuelta, rodeada por sillas, y un colchón se le puso adentro y sobre este una tela azul, emulando el mar.

El jardín (la casa) tiene forma de L. si entramos a la ele desde arriba, nos encontraremos con la cocina, luego una pequeña sala de estar que se conecta a otra sala más amplia donde hay 3 mesas y muchas sillas. Esta sala se conecta a su vez con otra sala alfombrada rodeada por repisas con figuras y adornos de madera, piñas y vainas y palos, utensilios de cocina reales (no juguetes) de madera y metal. Algunos muñecos de género para los dedos. Nada ahí es de plástico. También hay repisas con telas de colores y capas para disfrazarse, pero ninguno de estos materiales tiene un rol definido, pueden ser usados para cualquier cosa. Una capa puede ser la capa de un pirata y a su vez el delantal de una camarera, dependiendo del contexto del juego.

Me senté junto a Daniela y los niños a modelar. Me dijo que estaban modelando “seres del bosque”. Hice un par de pelotitas y unos lulos y no supe como darles “vida”. Me sentí sin ideas pero fue chistoso encontrarme en esa situación rodeado de niños.

Enseguida comenzaron a cantar una canción que invitaba a ordenar. Algunos niños cooperaron, sobre todo los más pequeños. Luego de que todo estuvo puesto en su lugar, nos sentamos todos en circulo en la “sala alfombrada” y cantamos una canción para saludar al sol, la tierra, la lluvia el pasto que crece... y a cada uno de los niños y facilitadores (usaré esta palabra en vez de tías o profes). Luego, cada pequeño fue invitado (uno por uno) a sentarse a la mesa.

Los niños siempre se sientan en la misma mesa, con el mismo facilitador y en el mismo lugar. Se canta una canción para bendecir y agradecer la comida, nos tomamos de las manos. El facilitador guía, Jai, comprueba que en cada una de las mesas estemos todos tomados de las manos: alzamos las manos enlazadas para que las vea. Ya podemos desearnos buen provecho y comer.

Para el desayuno comimos ensalada de palta con huevos, fruta picada y pan negro horneado.
El pan fue horneado esa misma mañana y la fruta fue picada por Jai mientras otros jugábamos o modelábamos con “cera de abeja”.

Los facilitadores intercambian los roles a menudo durante la jornada. Unos con los niños en el patio y otros preparando el interior.

Una vez terminado el desayuno nos fuimos a lavar las manos y luego a jugar al patio. Recordemos que este fue mi día de prueba en el jardín. A estas altura ya hube establecido contacto con varios niños. Unos se mostraron muy interesados en mi presencia y otros no tanto. Pero ni uno me ignoró.

Jugamos mucho. El patio es de arena. Tiene un par de columpios tipo hamaca individual, una plataforma de madera en altura. Troncos enterrados en lineas. Muchos utensilios de cocina. Una carpa azul (de camión, tela impermeable muy gruesa). Tablas delimitando espacios y formando estructuras para que los niños jueguen en ellas (rectángulo con asientos y timón). Nos pusimos a jugar con los niños ahí hasta que fuimos llamados a almorzar. El juego libre tiene un gran importancia en este Jardín. A medida que vayamos jugando iremos comentando las experiencias. Basta decir por ahora que a Yali, un niño muy especial amante de la música, se le ocurrió ponerse a tocar el Chelo con una escoba y un palo, luego me le uní con el contrabajo. Le dije que nos ubicáramos en una plataforma de madera y que ese sería nuestro escenario. Presente a la banda al resto de los niños y comenzamos a tocar. Poco a poco la banda creció y pasamos de ser un dúo a ser una filarmónica (idea de Yali).

Antes de volver al interior, nos sacudimos la arena del cuerpo cantando y saltando. Luego nos fuimos a lavar las manos y volvimos a sentarnos en circulo (pero esta vez en sillas) en la sala alfombrada a escuchar un cuento. Luego del cuento fuimos a comer. Terminamos de comer, volvimos a jugar al patio. Jai me dijo que cuando llega un nuevo facilitador a probarse, con suerte entablaba contacto con los niños. Dijo que nunca vio algo parecido a mi caso y que quedaba contratado. Que poco a poco iría puliéndome y que su conocimiento estaba allí a disposición mía. Que yo había nacido para educar niños y que llevaba la Antroposofía dentro de mí sin saberlo. Me pidió que volviera el Domingo a trabajar (en Israel el domingo es el primer día de la semana).

viernes, 1 de enero de 2010

Introducción







Vine a Tel Aviv para acompañar a mi pareja en el nacimiento de nuestra hija en el año 2005. Vivimos en el barrio de Hadar Yosef, en una casa esquina. Las manzanas en este barrio son redondas, con pasajes que convergen en un parque central, donde los vecinos pasean con sus hijos o perros y recogen las heces que reparten por el parque en bolsitas plásticas, los niños corren y juegan, se hacen asados, fiestas de cumpleaños. Algunos practican yoga o Tai-chi entre otras bellas manifestaciones de la convivencia. Los padres y madres pasean a sus criaturas en bicicleta o coche y se reúnen en el patio de juegos para conversar, jugar y compartir cositas para comer. Nuestro vecindario es un apacible lugar donde vivir, nadie roba, los subcontratistas municipales vienen y lo limpian de vez en cuando y mantienen los jardines que lo decoran, nuestros vecinos son buenas personas o eso parece. Todo aquí es un poco idílico y contrasta mucho con la realidad de nuestro amado sur del mundo.


Un día desde el patio de nuestra casa vi pasar a un hombre que llevaba una cuerda y muchos niños agarrados a ella le seguían cantando. Me llamó la atención. Con el tiempo descubrí que su nombre era Hai (Jai), y que era el encargado del jardín antroposófico ubicado muy cerca de nuestro hogar. Comencé a seguirlos y a unirme en silencio a su caravana cada vez que los veía pasar, con mi hija Ana Maya amarrada a mí o dando sus primeros pasitos, ya después jugando en el resbalín y columpios del patio de juegos del parque.


Han pasado más de cuatro años desde entonces. Nos fuimos a vivir a Chile por dos años y regresamos. Volví a verlo pasar llevando la cuerda, los niños y dos mujeres que le ayudaban. Le comenté a mi mujer (nos es mía, es un decir) de que deseaba trabajar con aquel tipo y que un día de estos iría a pedirle trabajo.


 
CopyLeft 2010 Ultra Salvaje Diario de un jardinero